escuchá ese ruido
esto es una ofrenda
así suenan las multitudes
y las certezas de todas las
respiraciones juntas
quisiera un monte sin caminos que
me llevara hasta tu abrazo
quisiera el viento en la cara por
un rato
y que vuelva el misterio de no intentar clasificar el mundo y sus cosas
estoy en la luz de la terraza desierta
se acaba el frasco de mi
preferida
y pienso que está bien
mejor no estar atada a un solo modo de ver las
cosas
a un solo filtro
aquí sentada
me abrazan las veces que nos
miramos sin tiempo
me cantan los grillos
cuando era chica pensaba
que las
estrellas hacían ruido de grillos
esto es una ofrenda
la ofrenda es encontrarme en lo
poco que abunda
escucharme en la multitud que
abraza, que quema de amor y tristeza
la ofrenda es volver a los nudos
cuando pensé que ya no estaban
es no quedar enredados de nuevo
te ofrendo estas palabras a
través de una pantalla
1 comentario:
Tan exacto: "que las estrellas hacían ruido de grillos". Qué hermoso poema. Tan urgente, tan reflexivo. Me hizo acordar a "El Sacrificio" de Tarkovski. A la voluntad performativa del arte
Publicar un comentario